He estat tres dies retirat a l’ermita romànica de Sant salvador de Bellver.

Aquest organisme humà ha desenvolupat un sentiment de “jo”, un sentit d’individualitat, com tots els organismes vius. Donada la complexitat d’aquest cervell, aquest sentit és molt potent, però també té la capacitat d’anar més enllà. Aquest petit jo té la capacitat d’intuir, abraçar i fins i tot fondre’s en un “Jo” universal, la Totalitat. Aquest procés és l’objectiu de tota recerca espiritual. He vist això molt clar tan aviat he sortit i he començat a caminar pel bosc. És el primer que m’ha dit el bosc aquí a Sant Salvador, aquest matí. I després hem seguit dialogant durant tot el matí. De fet ja no dialogàvem com dos humans dialoguem, perquè érem U, no dos.

Ens passem la vida perseguint objectius. Entrar en zazen és, essencialment, deixar de perseguir objectius. Llavors, sovint, experimento un buit immens, angoixant, com una mena de vertigen. Després, passats uns moments, quan ho accepto, l’angoixa del buit desapareix. Entrar en zazen és com morir. Acceptar la mort és viure realment.

Has meditado en el tema “¿quién soy yo?”. ¿Quién eras antes de nacer? Cuando no había ni la más leve traza de tu existencia física, ¿existías o no?¿Cómo puedo volverme algo de la nada? Si el día que fui concebido mis padres hubieran tenido otros compromisos y no hubieran podido verse, entonces ¿Quién sería ahora? Si cierto día el óvulo de mi madre no hubiera sido penetrado por ese esperma de mi padre, sino por otro esperma, ¿entonces quién sería ahora? ¿Sería mi hermano o hermana? Si aquel día mi madre no se hubiera casado con mi padre o si mi padre no se hubiera casado con mi madre, sino con alguna otra mujer, entonces ¿quién sería hoy? Cada célula viva y sana en el cuerpo controla su propia actividad, pero ¿significa eso que cada célula tiene su propio “yo”? En el sistema de clasificación biológica, las especies forman pequeñas subdivisiones o géneros ¿Es que cada especie representa un “yo”? Si estas preguntas se hacen con una fuerte consciencia e inteligencia y las plantas profundamente en tu vida espiritual, con todo tu ser, un día surgirá un descubrimiento inesperado.

Has mirado alguna vez a los ojos de tu amada y le has preguntado profundamente, “¿quién eres amor?”. Para que alguno de los dos responda, no puedes sentirte satisfecho con las respuestas habituales. “Mi amor, quién eres tú que viene y toma mi sufrimiento como tu sufrimiento, mi felicidad como tu felicidad, mi vida y mi muerte como tu vida y tu muerte, ¿quién eres tú cuyo “yo” se ha vuelto mi “yo”? Mi amor, ¿porqué no eres una gota de rocío, una mariposa, un pájaro, un pino? No estés satisfecho con simples imágenes poéticas. Debes hacerte y responder a estas preguntas con toda tu mente y corazón, con todo tu ser. Algún día, incluso deberás preguntar a la persona que más odias de la misma manera. ¿Quién eres que me traes tanto dolor, que me haces sentir tanto enfado y tanto odio? ¿Eres parte de la cadena de causa y efecto, el fuego del cual me forjé en el camino? En otras palabras, ¿Es que tú eres yo mismo? Tienes que convertirte en esta persona. Tienes que hacerte uno o una con ella, para sufrir sus sufrimientos, para apreciar lo que él o ella aprecia. Esta persona y tú no pueden ser “dos”; tu “yo” no puede ser separado del “yo” de la otra persona. Tú eres esa persona, igual que eres tu amor, igual que eres tu mismo. Continúa practicando hasta que te veas como el líder político más inhumano y cruel; en el prisionero mil veces torturado, en el hombre más rico, y en el niño muriéndose de hambre, sólo piel y huesos. Practica hasta que reconozcas tu presencia en toda la gente que va en el autobús, el metro, la que hay en el campo de concentración, trabajando en los campos, en una hoja, en un ciempiés, en una gota de rocío, en un rayo de sol. Medita hasta que te veas en una mota de polvo y en la galaxia más distante.