Aquest blog està dedicat a la recerca espiritual lliure com camí d'alliberament de l'esser humà.
Este blog está dedicado a la búsqueda espiritual libre como vía para la liberación del ser humano.
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Tengo un cariño especial para los robles. Simplemente me fascinan. Quizás porque me gusta el clima que les gusta a ellos, puede ser cálido en verano, pero frio en otoño, invierno y primavera, y lluvioso. Aqui en el Maresme lo pasan un poco mal, pero en algunas partes crecen algunos. No prosperan mucho, pero de vez en cuanto encuentras alguno majestuoso, centenario, que no se ha enterado del cambio climático. Hay que cuidarle, es precioso. El nuestro creo que goza de buena salud. Y en otoño nos regalan los colores de sus hojas, y en primavera esos brotes diminutos y tan verdes. En casa tengo dos: uno canadiense y otro del pais. El pobre canadiense, en verano lo tengo que regar. El del pais resiste bien.
Y el apellido de mi abuela era Roure. Mi padre: Joan Falqués Roure. Mi padre tenia la energia y la tenacidad de un roble.
En mi escuela, cuando empezábamos el bachillerato (entonces era a los 10 años hasta los 16) a nuestra clase le daban un nombre que conservábamos hasta acabar el preuniversitario. A la mia la bautizaron "Roure". Casualidad, ¿no?
Y mi nieta hace también esta cosa tan rara que ve hacer a su abuelo: abrazar a los árboles. No se lo digo, se apunta espontáneamente, muy gustosamente, como si fuera lo más normal del mundo. Para los niños, la ternura no tiene fronteras.
Sensibilidad compartida, mi sensibilidad es reflejo de la tuya. "Dios los crea y ellos se juntan" (¡también en la red!). Uno se siente bicho raro, de hecho de joven me sentía bicho raro. Pero ahora ya sé que no soy el único, hay muchos por ahí. Por suerte.
Desnudar el alma, es un reto. Seguro que para muchos que van a parar a este blog, todo eso les debe sonar cursilón. Seguro. Simplemente eso no es para ellos/as. No me importa. Poder conectar con alguna alma que vibra con lo mismo, ni que sea una, vale la pena.
Y como científico, supongo que los árboles no tienen sensibilidad, al no tener sistema nervioso.
Pero no importa. Su sensibilidad es la mia, su alma es la mia. Esta sensibilidad que despiertan en mi, y que no me pertenece, ¿no es su sensibilidad? La Tierra, a lo largo de unos cuantos millones de años ha desarrollado unos seres, los humanos, que tenemos conciencia. ¿No es esa la conciencia de la Tierra? Así, mi conciencia es la de los árboles.
Esta conciencia se ha desarrollado en mi, y en tí, porque tenemos un organismo y un cerebro apropiados. Pero es la conciencia de la Tierra. La conciencia de los árboles. O sea que el roble es parte amada de mi cuerpo.
Y acabo, menos hablar y más abrazar. Ara haig de parar la taula.
7 comentaris:
Gran linaje el de los robleños ^^
...y es que siempre me sorprendes, la sensibilidad que emanas me llega en lo profundo del corazón.
Gracias Sidhi por ser tan especial
Un gran abrazo _()_
Tengo un cariño especial para los robles. Simplemente me fascinan. Quizás porque me gusta el clima que les gusta a ellos, puede ser cálido en verano, pero frio en otoño, invierno y primavera, y lluvioso. Aqui en el Maresme lo pasan un poco mal, pero en algunas partes crecen algunos. No prosperan mucho, pero de vez en cuanto encuentras alguno majestuoso, centenario, que no se ha enterado del cambio climático. Hay que cuidarle, es precioso. El nuestro creo que goza de buena salud. Y en otoño nos regalan los colores de sus hojas, y en primavera esos brotes diminutos y tan verdes. En casa tengo dos: uno canadiense y otro del pais. El pobre canadiense, en verano lo tengo que regar. El del pais resiste bien.
Y el apellido de mi abuela era Roure. Mi padre: Joan Falqués Roure. Mi padre tenia la energia y la tenacidad de un roble.
En mi escuela, cuando empezábamos el bachillerato (entonces era a los 10 años hasta los 16) a nuestra clase le daban un nombre que conservábamos hasta acabar el preuniversitario. A la mia la bautizaron "Roure". Casualidad, ¿no?
Y mi nieta hace también esta cosa tan rara que ve hacer a su abuelo: abrazar a los árboles. No se lo digo, se apunta espontáneamente, muy gustosamente, como si fuera lo más normal del mundo. Para los niños, la ternura no tiene fronteras.
Un abrazo grande.
El linaje de los robleños.
Sensibilidad compartida, mi sensibilidad es reflejo de la tuya. "Dios los crea y ellos se juntan" (¡también en la red!). Uno se siente bicho raro, de hecho de joven me sentía bicho raro. Pero ahora ya sé que no soy el único, hay muchos por ahí. Por suerte.
Desnudar el alma, es un reto. Seguro que para muchos que van a parar a este blog, todo eso les debe sonar cursilón. Seguro. Simplemente eso no es para ellos/as. No me importa. Poder conectar con alguna alma que vibra con lo mismo, ni que sea una, vale la pena.
Un abrazo muy grande, Xaro.
Y como científico, supongo que los árboles no tienen sensibilidad, al no tener sistema nervioso.
Pero no importa. Su sensibilidad es la mia, su alma es la mia. Esta sensibilidad que despiertan en mi, y que no me pertenece, ¿no es su sensibilidad? La Tierra, a lo largo de unos cuantos millones de años ha desarrollado unos seres, los humanos, que tenemos conciencia. ¿No es esa la conciencia de la Tierra? Así, mi conciencia es la de los árboles.
Y es que los árboles son parte de mi cuerpo.
Esta conciencia se ha desarrollado en mi, y en tí, porque tenemos un organismo y un cerebro apropiados. Pero es la conciencia de la Tierra. La conciencia de los árboles. O sea que el roble es parte amada de mi cuerpo.
Y acabo, menos hablar y más abrazar. Ara haig de parar la taula.
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